Crónicas Urbanas: Memorias de una noche de bohemia en los barrios bajos.

Las once cincuentaynueve de la noche del sábado me pillaron con el culo a dos manos. El temor a ser asaltado en una noche que debería ser de relajo y gozo no me permitía mantenerme en orden y simplemente estaba sobre-alerta. Fue la gran idea de un amigo ir a descargar nuestra energía, vital y sexual, a la fiesta de cuampleaños del pololo de una ex (...). Según pensaba mi joven camarada, la cosa era llevar preservativos y tomar una mujer cada vez que se quisiera, puesto que el anfitrion disponía de un pseudo-harem de prostitutas casi-preescolares (rango de edad: 12-15 años). Por suerte, nuestras aspiraciones sexuales no llegaron a concretarse, no por falta de vaginas sedientas de placer, sino por repulsión de nuestros nobles penes a profanar ese oscuro rincón de la femineidad puber y flaite.
Podría asegurar que el viaje de ida fue más entretenido que la fiesta en sí. Plagada de seres de escasa capaciadad intelectual, poco razonamiento y excesivo consumo de alucinógenos, la fiesta no ofrecía un panorama de lo más confortable. Obligados por nuestra dignidad a no dejarnos vencer por lo adverso del ambiente, tomamos unos envases de cerveza y nos dirigimos al proveedor más cercano (Hermana del cumpleañero: "vayanse por fuera y con cuida'o. No se vayan por dentro", refiriéndose a lo peligroso del sector. Como si necesitasemos advertencias...).
Con el pasar del tiempo y las copas (envases en realidad) fuimos tolerando un poco más al resto de lo invitados, llegando a una instancia de análisis social (chico y yo; chino profundizó un poco más en el contacto...). Llegadas las cuatro de la mañana, la gente comenzó a retirar sus cuerpos cansados por el reggaetón y nosotros nos disponíamos a dormir (nos habían dicho que podíamos pasar la noche ahí), cuando comenzaron las hostilidades por parte del dueño de casa (-"y estos cabros 'onde se 'an a que'arse?"). Automaticamente capté la indirecta y convencí a mis amigos de que incluso si nos asaltaban me iba a sentir más cómodo que con esa familia inconsciente que pretendía tirarnos a la calle en un barrio peligroso, y a una hora en que no se podía conseguir locomoción. Vagamos alrededor de 2 horas, hasta que conseguimos tomar una micro que nos llevaría hasta donde pudieramos tomar otra que nos sirviera y luego, a dormir.

1 comentarios:

MASPO_GALAN dijo...

Ibai rebien, pero termino de repente la cronica; fue mas o menos asi, pero te saltaste muchas cosas freack de la noche.
Igual me recague de la risa leyendo y recordando aquellos hermosos momentos de mi vida wuajajajaja.
Puta weon, te saltaste lo del toples con musica electronica, y las conversasiones sobre helio, pele y las "mierdas de ahora" como Ronaldhino.
Ah, otra cosa, la edad oscilaba entre 13 y 17, pero da lo mismo, si igual el xino se comio una de octavo wuajajajaajjaa, puta el weon ese!!. uuuuuh, y la crespa calentona, uuuy cohita ma' linda!!!
Bueno, no nos aaltaron, tenemos nuevo amigos flaytes, bebimos, cnocimos un poco de la vida nocturna de la mieeeeerda del mundo (pq el krrete fue ahi), nos vimos again, y lo mejor, despues... dormimos...

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